En un suburbio casi desamparado se encontraba, tratando de escapar de lo que la cansaba.
Cada vez que lo intentaba volvía a caer entre sus garras.
Patadas y gritos era lo que más se escuchaba, así y todo nadie la escuchaba.
En un momento de lujuria ella sólo quería entrar en su locura y sentir el sabor de esa amargura.
En una noche de soledad atrapada entre el humo y el pensar, se acerco ese ángel y le dijo :
“Cada paso mal dado será una marca imborrable en tu hermoso ser , tratemos de que eso no suceda"
Ella no reaccionó a esa alerta en ese momento, estaría soñando o simplemente imaginando que alguien se preocupaba.
Caminando, pensativa, indecisa como de costumbre, con el viento que la abofeteaba en medio del ocaso irreparable en el que se encontraba, se preguntaba el porque de ese fugaz e intenso mensaje.
Su cuerpo seguía flotando pero su mente inercia mente no paraba de recordar todo lo que le pasaba e intentaba decir BASTA.
El mañana era una desesperación, eso tanto que deseaba que en algún instante ya acabara para así poder desearla y no rechazarla.
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Abrazada a un puño vacío de ilusiones esperando que regresará …
